Durante muchos años han sido considerados de poca calidad pero han ido ganando popularidad en las últimas décadas. Los vinos tintos jóvenes destacan por su color rojo intenso o violáceo, son frescos con aromas frutales y con matices herbáceos.
Son ideales para acompañar quesos semicurados, pescados azules, algunas carnes blancas y algunas rojas como el cabrito o el cordero.